jueves, 19 de septiembre de 2013

PODOLOGÍA LABORAL


Las dolencias derivadas de una mala elección del calzado utilizado en el trabajo, especialmente en aquellas profesiones que requieren permanecer demasiado tiempo en una postura estática, en posición erguida o en movimiento, tienen su relevancia en el ámbito de la seguridad y salud laboral y en la propia calidad de vida. Dolores de pies y de espalda, dolencias de la columna vertebral, piernas fatigadas o sensación de cansancio general, aquejan a numerosos trabajadores limitando su concentración y productividad, y muchos de estos males podrían ser evitados actuando preventivamente mediante la elección de un calzado adecuado y la pronta asistencia al especialista para frenar cualquier patología. 

El calzado laboral debe contemplar tres aspectos básicos: las características morfológicas de su portador, los factores ambientales y entorno laboral, y el tipo de actividad que se realiza. Algunas recomendaciones básicas para hacer más cómodo el tiempo de trabajo pasan por escoger un calzado con contrafuerte resistente, realizado en piel u otro tejido transpirable, y un tacón ergonómico de un máximo de tres centímetros. La zona de la puntera debe permitir que los dedos no sufran roces, la suela debe ser antideslizante y de un material con buena amortiguación. El calzado no debe oprimir el pie, debe adaptarse a sus movimientos proporcionándole protección. Una buena plantilla puede aumentar considerablemente el confort del calzado, además de ofrecer la posibilidad de ser sustituida en caso de necesidad por otra ajustada a una dolencia concreta. 

También es recomendable, si nos enfrentamos a una jornada laboral que nos exige estar de pie, distribuir el peso en las dos piernas, evitando sobrecargar una de ellas; mantener los pies separados para aumentar la base de sustentación; cambiar de postura con relativa frecuencia; realizar ejercicios de estiramiento de piernas para recuperar el riego sanguíneo; y, si nos es posible, cambiar de calzado a media jornada, y terminar ésta con un paseo de media hora seguido de un baño relajante de pies.

jueves, 12 de septiembre de 2013

LUIS SOLER PARTICIPA EN UN CAMPUS DE FÚTBOL


El Campus Intensivo de Tecnificación de Fútbol, dirigido a niños y niñas de edades comprendidas entre 6 y 14 años, cuenta por primera vez con la participación de un podólogo especializado


Durante la primera semana de septiembre se ha celebrado en las instalaciones deportivas madrileñas de San Vicente de Paúl un Campus Intensivo de Tecnificación de Fútbol, organizado por el Instituto Madrileño del Deporte en colaboración con la Federación de Fútbol de Madrid, en el que ha tenido ocasión de aportar sus conocimientos técnicos Luis Soler.



Dirigido a niños y niñas de edades comprendidas entre los 6 y los 14 años de edad, el primer objetivo del campus ha sido la educación integral del alumno a través de la enseñanza del fútbol. La metodología utilizada ha sido eminentemente lúdica, fundamental para lograr la implicación de los jóvenes participantes, y la enseñanza de los fundamentos técnico-tácticos de este deporte se ha complementado con conferencias y charlas sobre diversos aspectos relacionados con el fútbol. Precisamente dentro del espacio de cada jornada destinado a ampliar conocimientos técnicos y a orientar a los más pequeños en circunstancias externas al juego, es donde tuvo ocasión Luis Soler de aportar su granito de arena, como podólogo especializado en fútbol.

De este modo la Comunidad de Madrid ha ofrecido a los jóvenes escolares un espacio deportivo y de entretenimiento en un período en el que aún no han comenzado las clases y en el que todavía son favorables las condiciones climatológicas, facilitando así la conciliación laboral. Por vez primera se ha celebrado este campus en septiembre, y por vez primera ha colaborado un podólogo especializado en fútbol. Esperamos que la experiencia se repita en próximos años y que podamos seguir contribuyendo de alguna manera a que los participantes disfruten de la actividad y obtengan el máximo provecho.

lunes, 9 de septiembre de 2013

VUELTA AL COLE... CON BUEN PIE


Ante el inicio del nuevo curso, el Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana nos recuerda las consideraciones que deben tenerse presentes a la hora de comprar el calzado de niños y adolescentes. Se trata de diez directrices que conviene recordar especialmente ahora, cuando renovamos todo el equipamiento escolar de nuestros hijos.

  1. El zapato debe llegar hasta debajo de los maleolos (huesos laterales del tobillo) y en el caso de las botas, deben ser lo suficientemente flexibles como para permitir el movimiento completo de la articulación del tobillo. 
  2. La plantilla del zapato tiene que ser plana y flexible. 
  3. Un calzado sano es plano y con muy poco tacón para favorecer el equilibrio y salvaguardar las piernas y la espalda. Además, ha de ser lo suficientemente ancho por delante como para permitir a los dedos abrirse y moverse con libertad. 
  4. Adquirir un calzado fabricado con materiales naturales que permitan la transpiración de los pies como, por ejemplo, la piel o el cuero. 
  5. El modelo más adecuado es un zapato que se adapte y sujete bien el pie, que disponga de cordones o velcro en el empeine. Las chanclas, zuecos o marquesitas no son recomendables porque la percepción de que el zapato se sale a cada paso obliga a los dedos a un trabajo extra de “agarre” innecesario. 
  6. A pesar de haber elegido un calzado correcto, hay que tener en cuenta que los zapatos y zapatillas deben utilizarse pocas horas del día. En casa, los pies deben estar libres, con un calcetín antideslizante o zapatilla de estar por casa. 
  7. A la hora de comprarlo, probar el zapato con los calcetines puestos y vigilar que haya un espacio de 0,5 a 1,5 cm entre su dedo más largo y el calzado. Después, se presionará en la punta por la parte superior para ver si los dedos la rozan y, si es así, significará que el calzado es demasiado pequeño 
  8. El mejor momento para probar el calzado es al final del día, cuando los pies del niño están más hinchados. Es recomendable que al ponérselo se ponga de pie, de manera que cargue su peso sobre los dos pies, y comprobar que es adecuado. 
  9. No hay que comprar nunca un zapato de un número mayor con el objetivo de que el niño pueda utilizarlo durante más tiempo. Si el zapato no es de su talla podría alterar su forma de caminar o crearle ampollas o laceraciones. 
  10. Solo el especialista médico o el podólogo están capacitados para diagnosticar y tratar problemas de los pies. Las enfermedades más comunes por el uso de un calzado inadecuado son: deformidad de los dedos y uñeros (por la utilización de un calzado corto y estrecho), tendinitis aquílea y bursitis en la exóstosis de haglund (a causa de un contrafuerte demasiado rígido), dolor en la planta del pie y talalgias (como consecuencia de una suela rígida), micosis, verrugas, o eccemas por las dishidrosis al utilizar materiales sintéticos.

lunes, 2 de septiembre de 2013

LOS DEPORTES DEL VERANO


Diversos estudios de los que se hace eco la Fundación Marcet, escuela de fútbol presente en más de 20 países, señalan la práctica de algún deporte como pieza clave para mantener actitudes optimistas ante la vida y alcanzar mayores niveles de bienestar personal. Practicar un mínimo de dos horas semanales de ejercicio permite reducir los niveles de ansiedad, liberar tensiones y generar endorfinas, al tiempo que potencia el rendimiento intelectual.

Durante el verano, y según una encuesta promovida por el portal Padelspain.net, el deporte preferido por los españoles es la carrera o running, disciplina que cuenta con más seguidores. Le siguen la natación y el pádel, y, a más distancia, el ciclismo, el golf y el fútbol. Por Comunidades Autónomas, Andalucía es la más deportista, con más de la mitad de su población dedicada a la práctica de algún deporte. A continuación se sitúan Castilla y León (45 %), Cataluña y País Vasco (39 %), Galicia (43 %), Aragón (41 %), Madrid (38 %), Murcia (24 %), y Canarias (11 %).

Siendo innegables los efectos beneficiosos y saludables del ejercicio físico, es preciso que se respeten algunas pautas para prevenir el riesgo de todo tipo de lesiones, ya sean musculares, en los tendones, en las articulaciones, de huesos o de ligamentos. En la prevención, uno de los factores más decisivos para reducir las posibilidades de lesión es la condición física del deportista, para poder ajustar y planificar la actividad adecuadamente. También es importante realizar un calentamiento previo y usar el equipamiento correcto. La utilización de un calzado de talla apropiada, que provea estabilidad y absorba el impacto, no siempre se valora en su justa medida, aunque en verano existe un mayor riesgo de lesión por el cambio constante de calzado que sufren nuestros pies y las altas temperaturas que deben soportar. Las lesiones típicas de los pies, como la sobrecarga del antepié y la fascitis plantar, pueden evitarse con el previo calentamiento y con la utilización del calzado adecuado a las características personales de cada deportista y del tipo de deporte que se vaya a practicar. 

En verano disponemos de más tiempo para el deporte, y practicarlo con talento está en nuestras manos para que sea sinónimo de salud.